Diego Torres homenajeó a Lolita, Romina Yan y Michael Jackson

Es uno de los mayores exponentes del pop argentino y deja la bandera bien en alto. Una noche de recuerdos, lágrimas y nostalgias para tratar de estar mejor. Cobertura exclusiva de 26Noticias.

Diego Torres hizo su camino propio, más allá de portar un apellido con historia, y la música fue su mayor desafío. A fuerza de trabajo y dedicación, logró poner su nombre en lo más alto del pop y hoy, es uno de los artistas latinos más importantes.


El show de GEBA era coronar un año de tanto esfuerzo para mostrar su disco “Distinto” ante un público que lo esperaba ansioso. Y mientras se prepara para salir, tuvo con su público la conexión vía Twitter, donde le anunciaba que el show estaba por comenzar.


Vestido de negro, con chaqueta militar haciendo juego, el cantante salió a escena para cantar "Esto es lo que soy", la mejor manera de definirse tal cual es. "Alguien la vio partir", "No alcanzan las flores", "Perdidos en la noche" y "Sé que no volverás", le siguieron entre aplausos, ovaciones y suspiros.


Era el día tan esperado por Diego, que se subió al escenario después de la triste desaparición de su padre, que estaba muy enfermo desde hace meses: "Es un placer estar acá después de tantos años, finalmente, este día llegó".


“No me digas” y “El mundo sigue igual” se sucedieron hasta que llegaron “Penélope”, esa hermosa versión del clásico de Joan Manuel Serrat y otra dulce canción de Torres: “Qué será”.


Luego fue el momento de los homenajes. El primero, para Romina Yan con “En un segundo”, una de las canciones de su último disco.


"Por lo que dice la letra ésta es mi canción favorita del disco. La vida nos puede cambiar en un segundo, para bien o para mal. Nosotros tenemos que encontrar el equilibrio y estar lo mejor parados posible para afrontar los momentos difíciles. Me gustaría dedicárselo a una personita muy especial que siempre venía a los recitales. Una mujer linda, buena y joven, con tres hijos, que esta semana nos dejó. Se lo dedico a ella y a su familia. Para vos, Romina Yan", dijo el artista un aplauso generalizado.


El segundo homenaje fue para sus padres. Mientras se sucedían fotos familiares con Lolita Torres, Julio César Caccia (su padre) y sus hermanos: "Esta es una canción que escribí al poco tiempo que murió mi mamá. La canto ahora que hace poco que fue mi papá y que sé que están juntos, ahí, en el cielo, mirándonos a todos... Para esos dos ángeles es mi canción: `Tal vez`".


Como no podía ser de otra manera, le siguió “Guapa”, en versión acústica y una maravillosa interpretación de “Easy”, de The Commodores.


El tercer homenaje fue para Michael Jackson. Unos bailarines subieron al escenario para moverse al ritmo de “Smooth criminal”. Hasta que la infaltable corista de Diego, Magalí Bachor (que lucía un peinado a lo Diana Ross o Diana Arroz) salió a interpretar impecablemente “The way you make me feel”. Torres hacía su salida triunfal con sombrero para acompañarla y luego animarse a cantar “Beat it” y atreviéndose a hacer los pasos clásicos del Rey del Pop.


Una sorpresa fue el tema “Bendito”, un tema country que está en su última placa y que tiene la colaboración de Kevin Johansen. En pantalla se mostraba el video donde Diego hace una simpática imitación de Madonna en Don’t tell me.


Para la última parte, se sucedieron los clásicos como "Tratar de estar mejor", "La última noche", "Déjame estar", "Usted", "Abriendo caminos", "Sueños" y su clásico internacional "Color esperanza", el mismo que le cantó al Papa.


Y en los bises, repitió “Guapa” en versión original y "Que no me pierda", esa melodía que vuelve a describirlo tal cual es: un tipo humilde que sigue esquivándole al divismo rockero y que siempre se muestra divertido ante su gente, a pesar de vivir las tristezas de la vida, como la última que tocó a su puerta.


Así, entre recuerdos y sonrisas, se animó al tango “Nostalgias” para saludar y agradecer la presencia de la gente en el estadio y cumplir con ese sueño que tantos años le llevó. Entre esas palabras, lloró ante la multitud y sus músicos lo rodearon ante el grito de “Olé, olé, olé, olé… Diego, Diego”. Una noche cálidamente inolvidable, como las que siempre regala este gran artista.

Fuente: 26noticias.com.ar

Un regreso lleno de novedades y emoción

Actuó en Capital luego de cuatro años. Ante 15 mil personas, presentó CD, repasó hits y evocó a sus padres y a Romina Yan.

“Tanto tiempo trabajando para hacer este disco, con tanta ilusión, con tanto desafío. Esto es lo que soñaba: estar todos juntos acá. Gracias y bienvenidos”. Con estas palabras Diego Torres saludó a las 15 mil personas, que asistieron el sábado a su regreso a los escenarios porteños.
Así es como, después de cuatro años de ausencia, el cantautor presentó su último trabajo solista, “Distinto”, en Geba, ante una multitud de ansiosos fans. Junto a ellos cantó temas como “Esto es lo que soy”, una de las diez canciones que integran su nuevo material, además de hits como “Tratar de estar mejor”, “Qué será” y “Color esperanza”.
Hubo música, risas, buen humor pero no faltaron los homenajes. Cuando presentó la canción “En un segundo”, una de sus preferidas, se la dedicó a “una personita muy especial que siempre venía a los recitales... para vos, Romina Yan”, dijo entre aplausos. También recordó a Michael Jackson.

Fuente: La Razón

Un baladista “rockero”

Diego Torres en GEBA. A cuatro años de su último show en Buenos Aires, volvió con un estilo -y un look- más enérgico.

Habían pasado casi cuatro años desde el último recital de Diego Torres en su ciudad, con aquel doblete en el estadio de Vélez que sirvió para presentar Andando . Y las ganas que tenía de reencontrarse con su gente eran tan evidentes que, después del saludo inicial de rigor (“Buenas noches, ¡mi Buenos Aires querido!”), se pasó el show entero arengando y lanzando consignas (“¿Cómo dice, Buenos Aires?”, “A ver esas palmas, Buenos Aires…”) destinadas a cumplir la promesa escrita en su cuenta de Twitter y en pantalla gigante, minutos antes de salir a escena, a las 22 clavadas del sábado: “¡Cuánto calor que le vamos a poner a esta noche!”.

Claro que su imagen distaba de la que había entregado en aquella oportunidad: vestido con zapatos, pantalón y campera negros onda estrella de rock, peinado con una leve cresta, se veía como la encarnación argenta de los códigos estéticos del brit-pop antes que como uno de los principales exponentes del pop latino. Tal como él mismo se ocupó de explicar en los últimos meses, en esta nueva etapa poco y nada quedan de las texturas percusivas o pianísticas centro-sudamericanas de ayer nomás.

Sin dejar de lado la esencia baladística y las melodías altamente radiables que le son propias, su nuevo material contagia una energía más, digamos, “rockera”. Y le hace honor a su título: Distinto .

Las 16.500 personas –según los organizadores- que colmaron la capacidad de GEBA, con una amplísima mayoría femenina, le dieron la bienvenida a un sonido electrificado, en el que por momentos se lució el guitarrista Luis Cardoso, con su oficio para construir riffs y punteos flexibles y potentes.

El enfoque quedó planteado de movida, con los recién estrenados Esto es lo que soy y No alcanzan las flores , pero también con temas suficientemente añejados como Alguien la vio partir y No lo soñé .

Más allá de su impronta artística actual, Torres es una rara mezcla de baladista y comediante por naturaleza. Y se hizo evidente cuando las tablas se convirtieron en una especie de living palermitano, con banquetas rojas de cuero, velas y velador incluidos. A la manera de su MTV Unplugged , desfilaron Penélope y Por la escalera . Y luego se sentó al teclado para una despojada y sentida Tal vez . “La escribí al poco tiempo que murió mi mamá. Y ahora que hace poco murió mi papá, sé que están juntos”, dijo, a modo de introducción. Mientras, de fondo, se proyectaban fotos de la familia Torres.

En ese plan, versionó al flamante Guapa y hasta se despachó con un cover de Easy , el clásico de Lionel Richie. En cambio, cuando pasó del espíritu souleado a un mini-tributo a Michael Jackson, el nervio funky de Beat it no le sentó igual de bien, aunque luciera sombrero, guantes y chaleco y estuviera acompañado por cuatro bailarines.

“A mi invitado lo tengo en la pantalla”, bromeó, a propósito de la ausencia de Kevin Johansen en Bendito , “disimulada” con el video en cuestión. En la recta final, quien sí lo acompañó fue su director musical, el cubano Alexander Batista, en Déjame estar , Abriendo caminos y otras.

El cierre llegó con Que no me pierda . A dos horas y media del comienzo, sonó como una dosis extra de poptimismo, el sello de la factoría cancionera de Torres.

Una canción para Romina
“Esta es mi canción favorita del nuevo disco, por lo que dice la letra: ‘Todo puede cambiar en un segundo’. Por eso me gustaría dedicársela a Romina, que venía siempre a nuestros conciertos y que, lamentablemente, murió esta semana”, dijo Torres antes de cantar En un segundo . También recordó su amistad con la familia Yankelevich. Fue un momento del recital en el que se lo vio serio y conmovido.

Fuente: Clarín.com