martes, 5 de octubre de 2010
“El actor que hay en mí todavía sigue vivo”
A horas de actuar en la Argentina, confiesa que decidió seguir las giras a pesar de la muerte de su padre, porque el contacto con la gente le ayuda a atenuar su dolor. Desconfianza por el “divide y reinarás” y la política.
CELEBRACION. El cantante admite que su gira, a cinco días de la muerte de su padre, fue rara. “Sentí que era lo que debía hacer. Mi viejo lo hubiera querido así”, comenta.
La música como terapia. En eso estará pensando Diego Torres, con disco nuevo, Distinto, y tres shows en GEBA para presentarlo (hoy, el sábado 9 y el sábado 16), a pocas semanas de la muerte de su padre, Julio César Caccia. “El gordo era una pieza fundamental en la familia, un tipo muy carismático y con un don de gente muy especial. Era amigo del zapatero, del florista, del carnicero y del abogado del barrio. Esa ficha de conectar hasta con las piedras, que tengo yo, viene de él. Mi vieja era más observadora. Todos mis amigos adoraban a mi viejo, era muy auténtico, muy querible. Me faltan su voz, su energía, pero bueno, es así.” El nuevo disco de este músico, antes de sus 40 (los cumple en marzo del año próximo) que viene acumulando éxitos, es el primero con el sello multinacional Universal y tiene como invitados a Kevin Johansen, la Mala Rodríguez, figura del hip hop español y Yotuel, de los cubanos Orishas. Lo exhibió en el exterior, apostando a un trabajo que define como “muy necesario para que la música argentina se empiece a abrir paso en la región”, y eligiendo tal movimiento como mecanismo para atravesar el duelo. “Me gusta estar de viaje. Es cansador, pero lo disfruto. Es una especie de contrapunto ideal, porque también soy bastante casero. Uno de los motivos por los cuales no agarraría una tira en TV, es porque me obligaría a estar nueve meses encerrado en un estudio. Ni loco… Prefiero toda la vida estar viajando. Tengo amigos en muchos lugares del mundo. Pero es cierto que cansa. Lo que le pasó a Cerati es una muestra. Estás lejos de tu casa, muchos cambios de horario, desórdenes alimenticios, adrenalina… Aún así, hago los discos sabiendo que me voy a ir de gira para presentarlos. Es una celebración necesaria. Y bueno, a los cinco días de la muerte de mi viejo me tuve que tomar un avión a Puerto Rico para hacer un concierto allá. Fue raro, pero sentí que era lo que tenía que hacer, lo que el viejo hubiera querido. Así como la gente se alimenta de la energía que uno transmite a través de las canciones, yo también me alimento de la gente. Me hizo muy bien. El dolor está, obvio, pero las cosas se acomodarán con el tiempo.”
—¿Quién de tu familia te tenía más fe cuando empezaste?
—Mi vieja. Pero si mi vieja no me hubiera tenido fe… (risas). Siempre fue muy respetuosa y muy sincera. Cuando le dije que quería dedicarme a la música, me contestó, seria, “muy bien, hacelo; si tu vocación es fuerte, vas a salir adelante”. Me estaba diciendo que había que ensayar, cargar los equipos, pasar por cosas buenas, malas, alegrías, decepciones… Cuando grabé la versión de Penélope me dijo, con su tranquilidad y su sapiencia, “acá hay un cambio fuerte, es una bisagra; tu voz está bien, la interpretación es muy buena”. Pero también me decía qué canciones le gustaban y cuáles no, qué arreglos prefería… Fue muy respetuosa y muy sincera. En mi familia somos todos así. Mis hermanos o mis sobrinos también opinan y me dicen lo que piensan, sea bueno o malo.
—¿Y con la crítica de los medios como te llevás?
—Hay críticas constructivas y destructivas, maliciosas. En los comienzos no fueron muy benévolos conmigo porque era el galancito que triunfaba en la tele. Igual, nunca me importó mucho. Hago mi trabajo, cometo errores, pero tengo gente al lado con buena leche. Me ha pasado de leer críticas de shows que enumeraban canciones que no había tocado. El tipo que escribió habrá visto tres temas y se rajó. Es un problema del diario que lo mandó, no mío. Como decía Federico Moura: “Nosotros ponemos los huevos y ellos cacarean”.
—¿Dejaste definitivamente la actuación de lado?
—No, para nada. Me encantaría hacer una miniserie de tres o cuatro meses, o una película. De hecho, acabo de hacer un cameo en una en la que trabaja un gran amigo, Ricardo Darín, que tantos favores me hizo cuando lo necesité para algún videoclip. Se llama Delirium argentinum y es la ópera prima de Carlos Kaimakamian. Hay un par de cosas dando vueltas, ya voy a volver a la actuación. El actor que hay en mí está vivo.
—¿Cuando mirás para atrás, qué pensás de tus primeros discos?
—Hay un cambio lógico. Los discos que hice a los 18, 20 años suenan distintos. Eran distintas las canciones, eran distintos los arreglos, era distinta mi voz… Pero creo que siempre se notó la inquietud por fusionar, por aprender, por juntarme con gente que me pudiera ayudar con su experiencia. Me gustan más los últimos discos que los primeros, pero no reniego de mi pasado.
—Andrés Calamaro acaba de incluir al jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, en un videoclip. ¿A qué político incluirías en uno tuyo?
—No sabría… Bueno, es difícil. Tengo pensado usar otros actores antes (risas).
—¿Te llamaron para alguna actividad vinculada con el Bicentenario?
—Sí, pero estaba complicado de fechas. Igual, me gusta festejar el Bicentenario de mi país, pero descreo de los políticos desde hace mucho. Me da pena que detrás de temas importantes como la Ley de Medios o el casamiento de personas del mismo sexo haya luchas de intereses. Son temas importantes, pero desde una óptica más objetiva, no para crear divisiones. Que no existan los monopolios y que haya libertad de opinión está bárbaro, pero el “divide y reinarás” no. No estoy con el Gobierno ni en contra, estoy con mi país.
Amigable y antidivo
Cada vez le preguntan más seguido por el tema, y parece que no falta mucho. Hace un buen tiempo que está de novio con la modelo Débora Bello y los planes pueden incluir ampliar la familia. “En esta etapa de mi vida, aparece más la idea, claro. A lo mejor cuando termine esta gira... Después hace falta estar un año y medio muy tranquilo, ¿no?” Sobre su relación de pareja, Torres agrega: “Somos muy compañeros, mucho más de lo que alguna gente piensa. Viajamos mucho juntos, pero somos muy reservados.”
“Me causa gracia que algunos piensen que vivo en Miami todo el tiempo. Estoy más acá que allá, pero hago una vida muy tranquila, alejada de los flashes”. Y hablando de flashes y popularidad, el cantante asegura que “el éxito puede ser a veces peor que el fracaso, si te cambia. Sigo yendo a comprar el pan, a jugar al fútbol con mis amigos. No soy un divo”. Aun así, Torres se confiesa íntimo de Darín y Suar, y una larga lista de colegas: Spinetta, Fito Páez, Charly García, David Lebón y Rubén Blades. “La amistad es un valor importante para mí. Si conecto con alguien, listo, después la sigo.”
Fuente: Perfil.com
Diego Torres: noche de brillo y homenaje
El cantante Diego Torres regresó el sábado los escenarios porteños, en esta oportunidad en el club Gimnasia y Esgrima, donde lo aguardaban miles de fans que no se cansaron de entonar viejos éxitos, así como los de su nueva producción “Distinto”, y le dedicó un homenaje a la actriz recientemente fallecida Romina Yan.
A las 22 se apagaron las luces del estadio y, de riguroso negro, Torres apareció por un costado del escenario entonando: “Esto es lo que soy”. Le siguieron los temas “Alguien la vio partir”, “No alcanzan las flores”, “Perdidos en la noche” y “Sé que no volverás”, entre otros.
“Es un placer estar acá después de tantos años, finalmente, este día llegó”, saludó el cantautor, luego de un par de canciones.
“Tanto tiempo trabajando para hacer este disco, con tanta ilusión, con tanto desafío. Esto es lo que uno tanto soñaba, estar todos juntos acá. Gracias y bienvenidos”, agregó.
Para presentar la canción “En un segundo”, el artista aseguró: “Por lo que dice la letra ésta es mi canción favorita del disco. La vida nos puede cambiar en un segundo, para bien o para mal. Nosotros tenemos que encontrar el equilibrio y estar lo mejor parados posible para afrontar los momentos difíciles”.
“Me gustaría dedicárselo a una personita muy especial que siempre venía a los recitales. Una mujer linda, buena y joven, con tres hijos, que esta semana nos dejó. Se lo dedico a ella y a su familia. Para vos, Romina Yan”, a lo que el estadio aplaudió de pie con un profundo respeto.
Con la canción “Que no me pierda”, el cantante dio por culminado su espectáculo, al que concurrieron mujeres de todas las edades que vibraron junto a él, que que continuará su gira por Córdoba el próximo 14 de octubre y Rosario, el 16, para luego visitar las tierras de México, Costa Rica y Panamá.
Fuente: infoshow
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