13-07-2010
El músico viajó a Tel Aviv como parte de su gira internacional. Lo hizo junto a su novia Débora Bello, dando por tierra los rumores de separación. La pareja disfrutó de varios días de amor y turismo en Tierra Santa. “Caminar por lugares con tanta historia, sentir que tus canciones llegan al corazón de tanta gente es una gran experiencia”, aseguró.
El viaje empezó el sábado 3, después de la tristeza de haber quedado afuera del Mundial, Diego Torres y su troupe musical viajaron a Israel como parte de su gira internacional, no sin antes hacer una escala en Madrid, obligada por el plan de vuelo. El domingo 4 llegaron a la “tierra prometida”, se instalaron en el hotel y comenzaron a prepararse para el show que el cantante brindó el lunes 5. Pero no todo fue trabajo para Diego, que se dio el gusto de recorrer los mejores lugares de Tel Aviv y Jerusalén y de emocionarse al descubrir la cultura local y de recordar a su madre. Nada mejor que poder compartir momentos así con alguien; paisajes soñados, un crisol de razas y costumbres que sorprenden a cada paso.
Por eso Diego no fue solo (esto no atañe a los músicos ni técnicos que son parte de la gira), el cantante le pidió a su novia que lo acompañase en este tour que continuará por Italia. Una manera de combinar trabajo y amor, en el mejor de los contextos. Tirando por tierra todos los rumores que resonaron en estos días hablando de separación, el hijo de Lolita viajó junto con Débora Bello, su pareja desde hace seis años, con quien planea casamiento a mediano plazo. Mientras que en Buenos Aires se rumoreaba respecto de su crisis, ellos disfrutaban en Medio Oriente del mar Mediterráneo. “Están juntos, muy felices, es todo una pavada eso que están diciendo”, confiaron desde el entorno de la pareja.
La primera parada fue Tel Aviv, esa misma noche, antes de descansar para el recital, la pareja degustó pescado en un restaurante en la playa. “Es para mí una hermosa experiencia ir por primera vez a dar conciertos a Israel e Italia, conocer la tierra de Jesús y caminar por lugares con tanta historia; sentir que estando tan lejos de tu casa tus canciones llegan al corazón de tanta gente. Y qué decir de Italia, la tierra de mis abuelos, que tiene tanta influencia en mi vida”, aseguró el cantante de “Alguien la vio partir” en su recorrida.
El lunes por la noche, el auditorio Mann de Tel Aviv se colmó de fanáticos del intérprete de “Color esperanza”, que fue a presentar su último disco y lo hizo frente a 2.500 personas. Durante dos horas repasó toda su carrera con éxitos como “Tratar de estar mejor”, “Penélope” y “Andando”, entre otros. En un momento dado, Pablo Rosenberg (un artista local muy popular) subió al escenario e hicieron a dúo “La última noche”. Otro momento emotivo fue cuando cantó el tango “Nostalgias”, ya casi al final.
Un turista más. Una vez cumplidos los compromisos de la agenda, Diego se dedicó a pasear. En Israel se sintió como en su casa. Primero, porque se encontró con amigos, coincidió con la actriz mexicana Angélica Valen que está filmando una película en ese país; y segundo porque muchas cosas le recordaron a su madre, Lolita Torres, muy querida en ese país. Después del show en Tel Aviv, Diego, Débora y el resto de los músicos fueron a conocer Jerusalén. Lo que más le llamó la atención fue la confluencia de culturas. “Jerusalén es un lugar muy especial. Acá conviven todas las religiones, muchas culturas. Un lugar que fue el principio de todo”, afirmó Torres. Ese día paró en un restaurante armenio a comer con sus amigos y su novia y la gente de allí le regaló una bebida típica, algo que disparó inevitablemente la memoria del músico. “Tuve la suerte de estar de gira con mi mamá en Armenia, en Erván, y haber vivido el amor que los armenios tenían por mi mamá. Son muchas causalidades hoy estar en Jerusalén, un lugar muy especial también para mi vieja”, declaró. En el recorrido, Diego y sus amigos pasaron por muchos templos, en uno hasta pudo tocar la piedra sobre donde se había establecido la cruz de Jesús; también vio una piedra donde apoyó su mano Cristo y la ruta por donde padeció el Vía Crucis. El Muro de los Lamentos fue una de las paradas que más entusiasmó al músico, donde no paró de sacar fotos. Al igual que Charly unas semanas atrás, Torres pudo dejar su deseo en la famosa pared. Después de caminar todo el día bajo el sol, visitando los puntos más emblemáticos de Jerusalén, Diego y su novia llegaron al hotel para disfrutar de un hermoso atardecer.
En otro de sus días en Medio Oriente, el cantante y su chica aprovecharon para conocer en profundidad Tel Aviv y visitaron el barrio de Yafu y la feria de antigüedades. Ahí almorzaron en un lugar de comida árabe y probaron el café turco. También disfrutaron de las playas y se bañaron en las aguas del Mediterráneo. Después de unos días en Tierra Santa, la pareja y los músicos partieron hacia Milán, donde Torres se presentó en la Latinoamericando Expo. Días de amor y rosas para la pareja, que desde el otro lado del océano se ríe de los rumores que los presumen separados.
