By SARAH MORENO
smoreno@elnuevoherald.com
En ese ``yin y yang que es la vida'', Diego Torres está pasando por un momento de equilibrio perfecto. A los 39 años, con su octavo disco, Distinto, el cantante argentino regresa renovado de una pausa creativa de cuatro años, que lo llevó a seguir el camino del rock en esta producción con la que también estrena casa disquera, Universal Music.
``Siempre he sido muy amplio a la hora de componer canciones y de fusionar estilos, y sentí una necesidad de renovarme y de buscar una dirección artística nueva'', comenta el cantante en una habitación del hotel Mondrian de South Beach, en el que la alegre decoración --en tonos amarillo y negro y motivos eclécticos del diseñador holandés Marcel Wanders-- se aviene de maravillas con su ánimo.
Para Distinto, Diego ha logrado reunir una compañía excelente. En la composición de los temas contó con Gianmarco, Noel Schajris y Marcelo ``Polaco'' Wengrovski. En la interpretación, con las voces de la española Mala Rodríguez (Mirar atrás), el cubano Yotuel, de Orishas (Cuando no queda nada), y el norteamericano-argentino Kevin Johansen, que lo acompaña en Bendito, un tema con un arreglo country del productor del disco, Rafael Arcaute.
El primer single, Guapa, compuesto con Shajris y Luis Cardoso, se posicionó la semana pasada en primer lugar de los charts en Estados Unidos, y el disco se ubicó entre los 10 más vendidos. El tema, que no menciona en su letra la palabra ``guapa'', se refiere, según el cantante, a ``un ángel de la guarda, que no es una persona con alas que viaja por encima de la ciudad, sino alguien más cotidiano, que puede ser tu amigo, tu ser querido --los que están o los que no están-- o hasta un perro''.
Torres eligió contar esta historia --que en el video incluye la participación del actor Ricardo Darín-- desde el punto de vista del ángel. Este viene a despertar al protagonista, agobiado por ``la presión y el estrés que proponen las grandes ciudades de hoy, a las cosas simples e importantes de la vida'' .
``No estoy diciendo que va a llegar un ángel y te va a salvar. Vas a tener que pegarte la cabeza contra la pared, vas a tener que llorar para luego entender'', explica Torres, que pasó por un momento muy difícil en el 2002 con la muerte de su madre, la actriz y cantante Lolita Torres.
``Cuando te encuentras con ese tipo de cosas duras e intensas, como la muerte, sabes que la tenés que sufrir, que parir y que aceptar. De eso hablan las canciones [del disco]: de aprender a convivir con eso porque, como me dijo un amigo, la aceptación es el principio del entendimiento'', resume, explicando a su vez que otro tema suyo que alcanzó una gran difusión internacional, Color esperanza (2001), lo mostró tal como es.
``Ante la adversidad sufro y me entristezco, pero siempre trato de pelear la vida, de ver una luz en el camino. Mis canciones hablan de cómo la vida tiene cosas buenas y malas, y uno trata de encontrar el equilibrio'', señala.
Torres, que dice haberse entregado a ``vivir este disco'', también hizo de la guitarra acústica el instrumento protagonista. Esta dio un nuevo giro a sus composiciones, que anteriormente estuvieron marcadas por el sonido del piano.
``La guitarra acústica es una gran compañía porque la puedo llevar a cualquier lado. Ahora me siento muy cómodo con ella, si bien la sigo tocando mal pero le pongo muchas ganas'', comenta, satisfecho de haber logrado ``un retrato muy particular'' en el tema Esto es lo que soy.
``Un amigo que es un creativo [de publicidad], a quien conozco desde el colegio, me dijo esta frase, que le permite a uno ponerse en un lugar y definirse. `Esto es lo que soy, con lo bueno y lo malo, y no tengo problema en decirlo' '', explica sobre la letra de la canción, que ``después se puso en un arreglo supercrudo [más `rockeado'], que me encantó porque tomó mucho más carácter y fuerza''.
Para el cantante, este disco reafirma su deseo de cambio social. ``Más allá de ser un cantor popular, un músico, no dejo de ser un ciudadano que habita esta Latinoamérica, con sus problemas y crisis, y que reclama una situación distinta'', indica, especificando que le gustaría que ``los políticos no busquen el poder por el poder en sí mismo, sino por el empeño de mejorar nuestras sociedades''.
Torres, que se califica como ``muy amiguero'' por provenir de una familia de cinco hermanos --en la que es el más pequeño, y por lo tanto, el ``cola de ratón''--, se reúne cada vez que puede con ellos para hacer un asado. Comparte su residencia, entre Buenos Aires y Miami, con su pareja desde hace seis años, la modelo y presentadora argentina Débora Bello.
``Miami es mi centro de operaciones. Aquí tengo mi casa, mi camioneta, mi moto, mis partidos de fútbol, mis amigos y mi jefe, que vive a 15 cuadras'', resume sobre su vida en esta ciudad donde él puede ser ``un poquito de cada país''. •
Fuente: www.elnuevoherald.com
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